lunes, 28 de abril de 2008

PATINAZO EN ACEITE DE GIRASOL

Soria, ese hombre que nos iba a curar enfermedades como la diabetes gracias a un laboratorio en el extremo oriente, ha tropezado como un novato en la comunicación. Bueno, ya lo hizo cuando tuneó su propio currículo. El laboratorio no era tal, y los méritos investigadores del levantino, se habían torcido para presentarlos de una forma más sexy, que diría un británico.

Pero lo último ha sido lo más grave. Hoy nos dice Soria que se puede comprar aceite de girasol con tranquilidad. Pocos lo harán. Dice que en las estanterías de nuestras tiendas ya no existe el aceite ucraniano. Ese aceite se importa desde hace casi una década. El viernes teníamos un problema grave, y ahora por arte de birlibirloque, ha desaparecido. El mago Soria ha llenado España de inquietud y preguntas, y parece que no puede responder a todas.

Ha sido como lo de Moncloa, que organizó una rueda de prensa sobre el Playa de Bakio para hablar de ‘diplomacia' con un grupo de piratas, y para no responder a la pregunta de cuánto se ha pagado. Hemos negociado con piratas, para darles lo que pedían. La comunicación, vuelve a ser la gran trampa en la que cae una y otra vez Zapatero, esta vez con ayuda del mago de las células madre.

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